10 situaciones cotidianas que revelan tu verdadero nivel de bondad

¿Alguna vez te has preguntado qué tan amable eres realmente?

No necesitas hacer grandes cosas para demostrarlo.

A veces, son las pequeñas cosas las que cuentan.

Este artículo hablará sobre 10 momentos sencillos y cotidianos que muestran tus verdaderos colores.

Entonces, ¿estás listo para descubrir qué tipo de persona eres realmente?

Vamos a sumergirnos.

1. Cómo tratas a los camareros y cajeros

Todos hemos pasado por eso: cenando en un restaurante o apresurándonos en la fila para pagar en el supermercado.

Es muy fácil olvidar que las personas que nos atienden son, bueno, personas. Tienen sentimientos, malos días y sueños, como nosotros.

Entonces, ¿dices “por favor” y “gracias”? ¿Haces contacto visual o estás demasiado ocupado hojeando tu teléfono?

La bondad puede ser tan simple como tratar a estas personas con respeto. Ser grosero o impaciente no sólo les arruina el día; demuestra que no eres tan amable como podrías pensar.

Recuerde, una simple sonrisa o un “gracias” pueden ser de gran ayuda.

Así que la próxima vez que estés fuera de casa, pruébalo y observa cómo se siente. Es posible que se sorprenda de lo que revela sobre usted.

2. Cómo reaccionas cuando alguien te corta el paso en el tráfico

Ah, el tráfico: el lugar favorito de todos, ¿verdad? ¡Es una broma! Pero en serio, a todos nos hemos quedado cortados mientras conducíamos en algún momento.

Tal vez estés tarareando tu canción favorita y ¡boom! Alguien se acerca rápidamente a ti, casi provocando un accidente.

Ahora, aquí es donde entra en juego la prueba de bondad. ¿Tocas la bocina como si no hubiera un mañana y agitas los puños en el aire?

¿O respiras profundamente y lo dejas ir?

He estado en ambos zapatos y créanme, mantener la calma no sólo es más amable; También es mucho menos estresante para ti.

Ser amable en esta situación significa darte cuenta de que todos cometemos errores, tal vez esa persona ni siquiera te vio, o tal vez esté teniendo una emergencia.

Reaccionar con comprensión en lugar de enojo demuestra tu madurez y, lo adivinaste, tu nivel de bondad.

3. ¿Cómo manejas ver a una persona sin hogar en la calle?

La mayoría de nosotros hemos pasado junto a una persona sin hogar y hemos sentido… algo.

Tal vez sea malestar, culpa o incluso molestia porque tienes prisa.

A veces, incluso puede ser una sensación de impotencia, preguntándose cómo diablos marcar la diferencia.

Este momento aquí es una mirada cruda y honesta a su nivel de bondad.

¿Evitas el contacto visual y pasas corriendo? ¿Alguna vez has pensado: “Probablemente usarán el dinero para drogas” y lo usas como excusa para seguir caminando?

Yo también he tenido esos pensamientos. No hay juicios aquí; todos somos humanos.

Pero la verdad es que la bondad no siempre implica dar dinero.

A veces, una sonrisa, un gesto respetuoso o un simple “hola” pueden ofrecer un momento de dignidad a alguien que está pasando apuros.

Y si estás en condiciones de ayudar más, ¿por qué no? Ofrécete a invitarlos a un café o a una comida.

Los actos de bondad no tienen que ser enormes para ser significativos.

A veces pueden ser tan simples como reconocer la existencia de otro ser humano cuando el mundo aparentemente les ha dado la espalda.

Estos son los momentos que no sólo dicen mucho sobre quién eres, sino también sobre quién podrías ser si estiras un poco más ese músculo de la bondad.

4. Su reacción cuando alguien más obtiene el ascenso que deseaba

Has estado trabajando duro durante meses, con los ojos puestos en el premio: esa brillante promoción que finalmente está a tu alcance.

Dedicaste horas, destacaste en los proyectos e incluso te reíste de los chistes del jefe. Entonces llega el gran día y el ascenso es para… otra persona. Ay.

Aquí está la parte interesante. La mayoría de la gente podría pensar que la bondad se trata de cómo tratas a los demás cuando estás en la cima.

Pero a veces en realidad se trata de cómo actúas cuando no eres el ganador.

Entonces, ¿te acercas al colega afortunado con una sonrisa genuina y lo felicitas?

¿O estás furioso en silencio en tu escritorio, considerándolos tu nuevo archienemigo?

Ten en cuenta que la forma en que tratas a alguien que está donde quieres estar dice mucho de ti.

Lo creas o no, mostrar bondad en un momento de derrota personal te fortalece.

Refleja un nivel de seguridad en uno mismo y gracia que, paradójicamente, es de lo que realmente están hechos los ascensos.

Además, nunca se sabe: la persona que consiguió el trabajo esta vez podría ser la que lo recomiende para una oportunidad aún mejor en el futuro.

5. Cómo actúas cuando llegas tarde

A todos nos ha pasado: la alarma no sonó, no encuentras las llaves y, para colmo, se te derrama café en la camisa. Ahora llegas tarde a una reunión o evento importante. Nivel de estrés: 100.

Ahora, he estado en esa situación de apuro por minuto, y hombre, ¿es fácil olvidar tus modales?

Podrías gritarle a tu pareja, tocar la bocina a los conductores lentos o incluso saltarte las bromas habituales con tus vecinos o con la recepcionista de la oficina.

¿Pero adivina que? Llegar tarde ya es un fastidio; no lo empeores dejando que te convierta en alguien de quien no estás orgulloso.

Incluso en el ajetreo por recuperar el tiempo perdido, un momento de bondad, como agradecer a su cónyuge por encontrar sus llaves o disculparse con la recepcionista por su tardanza, en realidad no le cuesta tiempo extra.

Pero ofrece información invaluable sobre tu personaje.

Llegar tarde muchas veces está fuera de tu control, pero ¿cómo lo manejas? Eso es todo tú, cariño.

Entonces, la próxima vez que corras contra el reloj, recuerda que un poco de amabilidad no te frenará; simplemente podría hacer que el día sea un poco mejor para ti y para quienes te rodean.

6. Cómo escuchas (o no escuchas) cuando alguien más está hablando

Estás en una conversación, tal vez sea con un amigo que está pasando por un momento difícil, o tal vez sea un miembro de la familia que comparte su día.

A primera vista, parece que estás comprometido. Asientes y dices «ajá», pero seamos sinceros: ¿dónde está realmente tu mente?

¿Estás revisando tu lista mental de tareas pendientes? ¿Estás pensando en lo que vas a decir a continuación? O tal vez simplemente estés esperando a que terminen para poder empezar a contar tu propia historia.

La realidad es que la mayoría de nosotros no somos tan buenos escuchando como creemos.

He aquí por qué esta es una prueba de bondad crucial: la verdadera bondad implica brindarle a alguien toda tu atención, sin juzgarlo, sin planificar tu próximo paso.

Cuando alguien habla te está entregando un pedazo de su vida, de sus preocupaciones, de sus alegrías.

Si no puedes estar presente para ellos, no es sólo una oportunidad perdida de conexión; es una oportunidad perdida de ser una persona genuinamente amable.

Escuchar puede parecer pasivo, pero es una de las formas más activas de bondad que puedes ofrecerle a alguien.

7. Cómo reacciona ante un error en una tienda o restaurante

Estás de compras o cenando y algo sale mal.

Tal vez estropeen su pedido, o tal vez le cobren por un artículo que no compró.

Es frustrante, ¿verdad?

Yo también estuve allí, esperando ansiosamente mi hamburguesa y descubrí que se habían olvidado el queso. ¡Ay qué horror!

Ahora tienes opciones aquí. Podrías montar un gran escándalo, exigir hablar con el gerente y arruinarle el día a alguien.

O podrías respirar profundamente y manejarlo con gracia.

He visto ambas reacciones en acción y, créame, el segundo enfoque hace que el día de todos sea mucho mejor, incluido el suyo.

Tenga en cuenta que la mayoría de los errores son sólo eso: errores. No son ataques personales hacia ti. Manejarlo con amabilidad no significa dejar que la gente te pisotee; significa abordar el tema con respeto.

Puedes ser firme y amable al mismo tiempo. Todo depende de cómo lo dices y de tu voluntad de darle a alguien el beneficio de la duda.

8. Cómo tratas a tus enemigos o a las personas que no te agradan

Imagínate esto: estás en una reunión social, un evento de trabajo o simplemente navegando por las redes sociales, y ahí está: la persona que simplemente no soportas.

Tal vez te hayan hecho daño en el pasado, o tal vez simplemente no te sientas bien con ellos.

Ahora, la reacción instintiva es evitarlos como a la plaga o poner los ojos en blanco no tan sutilmente.

Pero ¿qué pasaría si, en cambio, los trataras con la misma cortesía que le ofrecerías a un amigo?

Esta es la cuestión: es fácil ser amable con las personas que nos agradan.

¿El verdadero desafío? Extendiendo esa amabilidad a aquellos con quienes preferiríamos no compartir un ascensor.

Saludarlos calurosamente o incluso simplemente ofrecerles un gesto cortés no significa que seas falso; significa que eres lo suficientemente maduro como para dejar de lado tus sentimientos personales en aras de la armonía social.

Lo creas o no, este pequeño acto no sólo es bueno para ellos; es bueno para ti. Te libera del bagaje emocional que conlleva guardar rencores.

Además, ¿quién sabe? El enemigo de hoy podría ser el aliado de mañana. Tu pequeño acto de bondad podría ser el catalizador del cambio, no sólo en ellos sino también en la dinámica entre ustedes dos.

9. Tu reacción ante las buenas noticias de otra persona

Un amigo o familiar se acerca a usted, lleno de entusiasmo, para compartirle una noticia fantástica.

Tal vez hayan conseguido el trabajo de sus sueños, se hayan comprometido o tal vez vayan a ser padres. Noticias increíbles… para ellos. Pero, ¿cómo te sientes realmente por dentro?

¿Estás realmente feliz por ellos? ¿O sientes una punzada de celos, eclipsada por pensamientos como: «¿Por qué no puedo ser yo?». o «Yo también merezco eso, tal vez incluso más».

Es incómodo afrontar estos sentimientos, pero todos los hemos tenido en un momento u otro.

Este es uno de esos momentos sin filtros en los que se pone a prueba tu nivel de bondad.

¿Por qué?

Porque la bondad no se trata sólo de ser bueno con los demás; se trata de ser bueno para los demás.

Celebrar la felicidad de otra persona, incluso cuando todavía estás esperando la tuya, es una señal de generosidad emocional.

Si te resulta difícil alegrarte por ellos, eso es una señal. No es una letra escarlata ni nada parecido, pero es un momento para hacer una pausa y preguntarse por qué. ¿Son celos, inseguridad o un sentido de derecho?

La próxima vez que alguien comparta sus buenas noticias contigo, úsala como una oportunidad para crecer en bondad, hacia esa persona y también hacia ti mismo.

Después de todo, el viaje de la vida de cada persona es diferente y llegará su momento de brillar.

Pero mientras tanto, la forma en que celebres a los demás dirá mucho sobre ti.

10. Cómo te comportas cuando nadie te mira

¿Conoces esos momentos en los que estás completamente solo y tienes que tomar una decisión?

Tal vez sea decidir si devolver el cambio extra que el cajero le dio por error, o tal vez sea la opción de reciclar esa botella de plástico en lugar de tirarla a la basura normal.

Para mí, una vez fue encontrar una billetera perdida y reflexionar por una fracción de segundo si debía echar un vistazo a su interior.

En esos momentos no hay público, ni aplausos, ni redes sociales que le gusten ganar. Solo tú y tu decisión.

Estos son quizás los ejemplos más reveladores cuando se trata de medir tu verdadero nivel de bondad.

Tomar la decisión “correcta”, incluso cuando nadie sabría lo contrario, es una declaración poderosa sobre tu carácter.

Y seamos realistas, es en estos momentos donde podemos sentirnos tentados a actuar de manera diferente porque no hay consecuencias inmediatas, excepto, por supuesto, la huella que deja en el alma.

La próxima vez que te enfrentes a una de estas pequeñas pero poderosas decisiones, piensa en quién quieres ser, no sólo en lo que es más fácil en este momento.

A veces, las pruebas más verdaderas de bondad son las que nos damos nosotros mismos, lejos de los ojos del mundo.

¿Te gustó mi artículo? Me gusta en Facebook para ver más artículos como este en tu feed.

Deja un comentario