¿Alguna vez has sentido que todos los demás parecen tener mucha confianza y tú simplemente te estás mezclando con el fondo?
No estás solo, todos nos sentimos así a veces.
¿Pero sabías que la confianza no se trata sólo de cómo te sientes, sino también de cómo te ven los demás?
A veces hacemos cosas que hacen que los demás piensen que no tenemos confianza, incluso si no es nuestra intención.
En este artículo, hablaremos de 11 cosas que podrías estar haciendo y que podrían hacerte parecer menos seguro.
Pero no te preocupes: saber cuáles son estas cosas es el primer paso para cambiarlas.
1. Siempre te estás disculpando
¿Alguna vez escuchaste la frase “Lo siento parece ser la palabra más difícil”?
Bueno, para algunos de nosotros, ¡es más bien lo más fácil!
Pedir perdón todo el tiempo, incluso cuando no es necesario, puede hacer que parezcas menos seguro.
Puede parecer que siempre te sientes culpable o que estás haciendo algo mal.
Por ejemplo, si te disculpas cada vez que compartes tu opinión o haces una pregunta, puede dar la impresión de que no estás seguro de ti mismo.
Recuerde, está bien disculparse cuando haya cometido un error.
Pero si no has hecho nada malo, no es necesario que pidas perdón.
Mantenerse firme y saber cuándo disculparse (y cuándo no) es una señal clave de confianza.
2. Evitas el contacto visual
Nuestros ojos pueden decir mucho sobre nosotros y cuando evitamos el contacto visual, a menudo significa que nos sentimos inseguros o nerviosos.
Cuando hablas con alguien y constantemente miras hacia otro lado o hacia abajo, puede parecer que no estás seguro de lo que estás diciendo.
El contacto visual es importante porque demuestra que estás involucrado en la conversación y que estás escuchando a la otra persona.
También demuestra que te sientes cómodo con quién eres y con lo que dices.
Así que la próxima vez que estés en una conversación, intenta mantener un buen contacto visual.
Esto no significa mirar fijamente sin parpadear, sino más bien mantener la mirada fija y, al mismo tiempo, mirar hacia otro lado de forma natural de vez en cuando.
3. Hablas demasiado rápido
Hablar a un kilómetro por minuto puede dar la impresión de que estás nervioso o inseguro de ti mismo.
Es como si tus palabras intentaran seguir el ritmo de tus pensamientos acelerados y puede dificultar que las personas sigan lo que estás diciendo.
Recuerdo que cuando comencé a hablar en público, me ponía tan nervioso que mis palabras salían rápidamente.
¡Terminaría un discurso de 10 minutos en 5 minutos, dejando a mi audiencia más confundida que ilustrada!
Con el tiempo, aprendí que está bien reducir el ritmo, respirar y hablar a un ritmo natural.
No solo me hizo parecer más seguro, sino que también hizo que mis palabras tuvieran más impacto.
4. Siempre estás dudando de ti mismo
Las personas seguras confían en sus instintos y decisiones. Si siempre estás dudando de ti mismo, puede dar la impresión de que no estás muy seguro.
Esto no significa que las personas seguras nunca tengan dudas, pero no dejan que estas dudas controlen sus acciones o decisiones.
Cuestionarse a sí mismo puede hacer que su desempeño sea peor en las tareas. Cuando dudamos de nuestras capacidades, tendemos a cometer más errores y somos menos creativos.
Así que la próxima vez que te sorprendas dudando, da un paso atrás y recuerda tus habilidades y éxitos pasados.
Confía en tus instintos y toma una decisión; incluso si resulta incorrecta, ¡todo es parte del proceso de aprendizaje!
5. Eres una persona que complace a la gente
Ser una persona que complace a la gente no es necesariamente algo malo: demuestra que eres considerado y te preocupas por los sentimientos de los demás.
Sin embargo, si constantemente haces todo lo posible para hacer felices a los demás a expensas de tus propias necesidades y deseos, puede parecer una falta de confianza.
Es casi como si dijeras que tus necesidades no importan tanto o que tuvieras miedo de expresar lo que realmente quieres.
Esto puede llevarte a sentirte insatisfecho e incluso resentido a largo plazo.
Es importante recordar que sus sentimientos y necesidades son tan válidos como los de cualquier otra persona.
Defenderse a sí mismo no significa ser egoísta o grosero; simplemente significa respetarse y valorarse a sí mismo. Está bien decir que no a veces y está bien ponerse a usted mismo en primer lugar.
Esto no significa que te preocupes menos por los demás, simplemente significa que también te estás preocupando por ti mismo, y eso es una señal de verdadera confianza.
6. No aceptas los elogios con gracia
Esto es algo con lo que personalmente he luchado.
Cada vez que alguien me felicitaba, lo ignoraba o le restaba importancia. En lugar de un simple «gracias», diría algo como «Oh, no es nada» o «No soy tan bueno».
Me tomó un tiempo darme cuenta de que no aceptar los elogios con gracia era en realidad una señal de poca confianza.
Era como si le estuviera diciendo a la gente que su opinión positiva sobre mí era errónea o que no merecía los elogios.
Con el tiempo, he aprendido a aceptar los elogios con gentileza. Ahora, cuando alguien me felicita, simplemente sonrío y digo “gracias”.
Puede parecer algo pequeño, pero ha marcado una gran diferencia en mi confianza y en cómo me perciben los demás.
Así que recuerda, la próxima vez que alguien te haga un cumplido, no lo ignores: acéptalo con gracia y gratitud.
7. Te comparas constantemente con los demás
Todos caemos alguna vez en la trampa de la comparación. Vemos a alguien con un mejor trabajo, un mejor auto, una familia más “perfecta” y empezamos a sentir que no estamos a la altura.
Pero he aquí la pura verdad: compararnos con los demás es un billete de ida a sentirnos inadecuados y menos seguros.
No importa cuán exitoso o feliz pueda parecer alguien, recuerde que cada uno tiene sus propias luchas e inseguridades. Simplemente no siempre son visibles.
En lugar de compararte con los demás, concéntrate en tu propio progreso y crecimiento.
Celebre sus pequeñas victorias y aprenda de sus reveses.
Tu viaje es único para ti y eso es lo que lo hace especial.
¡Así que deja de mirar por encima del hombro y empieza a apreciar el camino que tienes delante!
8. No te arriesgas
Las personas seguras no tienen miedo de correr riesgos.
Entienden que el fracaso es parte de la vida y que es mejor intentarlo y fracasar que no intentarlo en absoluto.
Por otro lado, si siempre vas a lo seguro y evitas cualquier tipo de riesgo, puedes parecer menos seguro.
Por lo tanto, no evite correr riesgos. Ya sea dando un paso audaz en su carrera, probando un nuevo pasatiempo o simplemente hablando en una reunión, no permita que el miedo al fracaso lo detenga.
Recuerde, es asumiendo riesgos que crecemos y aprendemos más.
9. Siempre estás a la defensiva
Este es un comportamiento que solía exhibir mucho, especialmente cuando era más joven.
Cada vez que alguien no estaba de acuerdo conmigo o me ofrecía una crítica constructiva, automáticamente me ponía a la defensiva.
Intentaría justificar mis acciones o replicar, en lugar de tomarme un momento para considerar su punto de vista.
De lo que no me di cuenta en ese entonces fue que estar a la defensiva era en realidad una señal de poca confianza.
Era como si estuviera tan inseguro acerca de mis ideas o acciones que cualquier forma de crítica me parecía un ataque personal.
Con el tiempo, he aprendido a estar más abierto a la retroalimentación.
Ahora, cuando alguien no está de acuerdo conmigo, trato de comprender su perspectiva en lugar de defender instintivamente la mía.
Si tienen un punto válido, lo reconozco. Si no, respetuosamente explico mi punto de vista.
Las personas seguras de sí mismas no temen las críticas ni los desacuerdos: las ven como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
10. No te cuidas
Puede que sea una píldora difícil de tragar, pero es la pura verdad: si no te cuidas, puede parecer una falta de confianza.
Ya sea descuidar su salud física, ignorar su bienestar mental o simplemente no tomarse el tiempo para cuidarse a sí mismo, todo esto envía un mensaje de que no se valora lo suficiente.
Y seamos realistas: no se puede servir de una taza vacía.
Si siempre pones a los demás en primer lugar y descuidas tus propias necesidades, tu confianza se verá afectada.
Así que, por favor, haga del cuidado personal una prioridad. Come bien, haz ejercicio con regularidad, tómate descansos cuando los necesites. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán, al igual que tus niveles de confianza.
11. No hablas
Hay algo increíblemente liberador en decir lo que piensas y defender lo que crees. Pero si siempre estás en silencio, siempre reprimiéndote, puede hacerte parecer menos seguro.
Todos hemos estado en situaciones en las que nos mordimos la lengua y luego deseamos haber hablado. Y el arrepentimiento que conlleva puede ser un duro golpe para nuestra confianza en nosotros mismos.
Entonces, cuando tengas ganas de hablar, ¡hazlo! Sí, puede dar miedo y sí, es posible que no todos estén de acuerdo contigo.
Pero recuerda: tu voz importa. Tus opiniones son válidas. ¡Y hablar es una forma segura de demostrarte a ti mismo (y al mundo) que tienes confianza en quién eres y en qué crees!
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