¿Alguna vez has conocido a alguien que parece encajar con todas las personas que conoce?
Eso es inteligencia social en acción.
Es más que simplemente ser amigable: se trata de comprender y llevarse bien con los demás.
¿La parte interesante?
¡La mayoría de nosotros hacemos estas cosas sin siquiera saberlo!
Entonces, veamos las 11 cosas que las personas buenas con los demás hacen de forma natural.
1. Escuchan más de lo que hablan
Las personas socialmente inteligentes tienen una habilidad increíble: escuchan y lo hacen muy bien.
En lugar de esperar su turno para hablar, se concentran en la persona que está hablando.
Les prestan toda su atención, demostrando que les importa lo que se dice.
Escuchar es algo más que escuchar palabras: se trata de comprender lo que la otra persona está tratando de decir.
Las personas que son buenas con los demás lo saben.
No interrumpen ni intentan apoderarse de la conversación. En cambio, dejan que la otra persona diga lo que piensa.
Asienten y mantienen contacto visual, demostrando que están realmente involucrados en la conversación.
Al hacer esto, las personas socialmente inteligentes hacen que los demás se sientan escuchados y apreciados.
A la gente le encanta hablar con ellos porque los hacen sentir importantes.
¡Y lo mejor es que hacen todo esto sin siquiera darse cuenta! Es sólo una parte de quiénes son.
2. Entienden lo que sienten los demás
Las personas que son buenas en las interacciones sociales tienen un talento especial: pueden comprender y compartir los sentimientos de los demás.
A esto se le llama empatía y es un superpoder que no todo el mundo posee.
Cuando alguien está triste, molesto o está pasando por un momento difícil, las personas socialmente inteligentes no se quedan sentadas y ofrecen palabras vacías.
En cambio, realmente se ponen en el lugar de la otra persona. Sienten su dolor, su alegría, su miedo, todo.
Responden con genuina preocupación y ofrecen consuelo en todo lo que pueden.
Y esto no es algo en lo que tengan que trabajar duro: ¡simplemente les resulta natural!
No piensan en ello ni lo fuerzan; simplemente lo sienten.
Esta capacidad de comprender y compartir sentimientos los convierte en un imán para los demás.
La gente se siente atraída por ellos porque saben que encontrarán comprensión y apoyo.
3. Entienden bien las emociones
Otra cosa que las personas socialmente inteligentes hacen sin darse cuenta es comprender muy bien las emociones.
No sólo son conscientes de sus propios sentimientos, sino que también pueden sentir las emociones de las personas que los rodean.
Recuerdo una vez en el trabajo, había un colega mío que normalmente estaba bastante animado pero que parecía un poco fuera de lugar ese día.
Todos los demás seguían preguntándole si estaba bien y él seguía diciendo que sí. Pero algo no me parecía bien.
Noté que sus ojos normalmente brillantes estaban apagados y que no hablaba tanto como solía hacerlo.
Entonces decidí charlar con él durante el almuerzo. Empezamos a hablar de cosas al azar y luego, poco a poco, mencioné que parecía un poco deprimido.
Habló sobre cómo estaba lidiando con algunos problemas personales y no quería ser una carga para nadie en el trabajo.
Entonces comprendí lo importante que es la inteligencia emocional. No se trata sólo de leer las emociones de los demás, sino también de responder de una manera que les demuestre que no están solos.
Esto es algo que las personas socialmente inteligentes hacen naturalmente sin siquiera darse cuenta, y creo que marca una diferencia en la vida de las personas.
4. Tratan bien a todos
Las personas socialmente inteligentes tienen una regla de oro: tratar a todos con respeto, sin importar quiénes sean o qué hagan.
Esto significa que son tan amables con el camarero de un restaurante como con su jefe en el trabajo.
Entienden que todos tienen un papel que desempeñar y merecen dignidad y respeto.
La forma en que alguien trata a los camareros durante una comida es un gran indicador de su carácter.
Las personas que son amables y respetuosas con los camareros tienen más probabilidades de ser empáticas, socialmente conscientes y generosas.
Así que la próxima vez que salgas a comer, recuerda esto: ser amable no cuesta nada, pero dice mucho de tu carácter.
¿Y adivina qué? Las personas buenas con los demás hacen esto sin siquiera pensarlo. Es simplemente quienes son.
5. Recuerdan pequeñas cosas
Una de las cosas más atractivas de las personas socialmente inteligentes es su capacidad para recordar las pequeñas cosas.
Podría ser tu libro favorito, el nombre de tu mascota o esa historia que contaste sobre tu infancia.
Estos pueden parecer pequeños detalles, pero recordarlos demuestra un nivel de cuidado y atención que es realmente reconfortante.
Imagínate encontrarte con un amigo que no has visto en mucho tiempo y te pregunta sobre ese pasatiempo que mencionaste la última vez que te conociste, o te desea buena suerte para un evento importante del que le hablaste.
Te sientes visto, recordado y, lo más importante, valorado.
Ésa es la magia que las personas socialmente inteligentes aportan a sus interacciones.
Hacen que las personas se sientan importantes al recordar y reconocer estos pequeños detalles de sus vidas.
¿Y la mejor parte?
¡Lo hacen sin siquiera darse cuenta! No es una táctica o estrategia; es simplemente un interés genuino en los demás que les resulta natural.
Este simple acto de recordar puede traer mucha alegría al día de otra persona – ¡y eso es realmente hermoso!
6. Son buenos leyendo el lenguaje corporal
Una cosa que he notado acerca de las personas socialmente inteligentes (y que trato de practicar yo mismo) es su capacidad para leer el lenguaje corporal.
Entienden que las acciones a menudo hablan más que las palabras y pueden captar estas señales no verbales para evaluar cómo se siente alguien realmente.
Recuerdo una vez cuando estaba en la fiesta de un amigo.
Todos se reían y se lo pasaban bien, pero noté que uno de mis amigos estaba sentado tranquilamente en un rincón.
Ella sonreía y asentía con la conversación, pero algo en su lenguaje corporal parecía fuera de lugar.
Siguió jugueteando con sus manos y mirando alrededor de la habitación en lugar de concentrarse en la conversación.
Me di cuenta de estas señales y decidí ver cómo estaba.
Resulta que se sentía extremadamente ansiosa pero no quería arruinar el ambiente de fiesta.
Ser capaz de comprender el lenguaje corporal me permitió ayudar a una amiga cuando lo necesitaba.
Las personas socialmente inteligentes hacen esto de forma natural, a menudo sin siquiera darse cuenta.
Están en sintonía con quienes los rodean, notan cosas que otros podrían pasar por alto y reaccionan de una manera que muestra comprensión y cuidado.
7. Ajustan su comportamiento según la situación
Las personas socialmente inteligentes son como camaleones.
No, no cambian de color literalmente, pero sí saben adaptarse a diferentes situaciones sociales con facilidad.
Todos actuamos de manera diferente según dónde estemos y con quién estemos, ¿verdad?
No te comportarás en una reunión de negocios de la misma manera que lo harías en una fiesta informal con amigos.
Al menos no deberías hacerlo.
Ahí es donde brillan las personas socialmente inteligentes.
Saben leer la habitación y ajustar su comportamiento en consecuencia.
Pueden ser profesionales cuando es necesario, hacer bromas y alegrar el ambiente cuando sea apropiado, y mostrar empatía cuando alguien necesita un hombro en el que apoyarse.
¿Y la parte loca?
Hacen todo esto sin siquiera pensar en ello. Para ellos es como una segunda naturaleza, tan fácil como respirar.
Es esta adaptabilidad lo que los hace tan buenos para navegar situaciones sociales y construir relaciones sólidas con quienes los rodean.
8. Mantienen una mente abierta
Otro rasgo de las personas socialmente inteligentes es su mentalidad abierta.
No hacen juicios precipitados y siempre están abiertos a escuchar diferentes perspectivas.
Entienden que cada uno tiene experiencias y puntos de vista únicos y que estas diferencias deben respetarse, no descartarse.
Las personas de mente abierta son mejores para resolver problemas complejos. Estar abierto a nuevas ideas y experiencias permite a las personas ver las cosas desde diferentes ángulos, lo que lleva a soluciones más creativas.
Las personas socialmente inteligentes aprovechan este poder de apertura de mente en sus interacciones con los demás.
Siempre están dispuestos a aprender, crecer y considerar diferentes puntos de vista.
Y lo hacen con tanta naturalidad que probablemente no se den cuenta de que lo están haciendo, ¡pero seguro que marca la diferencia en sus interacciones sociales!
9. Son auténticos
Si hay algo que he aprendido al observar a personas socialmente inteligentes es el poder de la autenticidad.
Estas personas siempre son fieles a sí mismas y eso es algo que encuentro realmente inspirador.
Recuerdo haber visto a mi mentora interactuar con los demás: ella siempre fue genuina, siempre ella misma.
Ella nunca pretendió ser alguien que no era sólo para impresionar a los demás.
Esta autenticidad la hizo tan accesible y fácil de conectar.
La gente se sentía atraída por ella porque sabían lo que estaban obteniendo: sin pretensiones, sin una persona falsa, sólo ella pura y auténtica.
He tratado de incorporar esta lección a mi propia vida. No importa la situación, me esfuerzo por ser yo mismo.
Puede dar miedo mostrar tu verdadero yo, especialmente en un mundo que a menudo nos presiona para encajar.
Pero descubrí que ser auténtico genera conexiones más profundas con las personas.
Las personas socialmente inteligentes hacen esto sin siquiera pensar en ello: simplemente son ellos mismos.
Y en mi opinión, esa es una de las cosas más admirables de ellos.
10. No tienen miedo de cometer errores
Las personas socialmente inteligentes cometen errores como el resto de nosotros.
Pero aquí está el truco: no tienen miedo de cometer errores.
Entienden que los errores son parte de la vida y no son el fin del mundo.
Cuando dicen algo malo o se meten la pata, no corren a esconderse.
En cambio, lo reconocen, se disculpan si es necesario y aprenden de ello.
Se dan cuenta de que cada error es solo otra oportunidad de crecimiento y lo importante es el desarrollo personal.
11. No se toman a sí mismos demasiado en serio
La vida puede ser un asunto serio, pero las personas socialmente inteligentes saben cuándo soltarse y divertirse un poco.
Pueden reírse de sí mismos y no les importa ser el blanco de una broma de vez en cuando. Esta capacidad de relajarse los hace accesibles y agradables.
No se dejan atrapar por mantener una imagen perfecta.
Bajan la guardia y muestran su lado humano: el lado defectuoso, tonto y maravillosamente real.
Ahí lo tienes. La inteligencia social no se trata de manipular personas o jugar juegos mentales. Se trata de ser real, comprender a los demás, cometer errores y aprender de ellos.
Y lo más importante es tratar a todos con amabilidad y respeto.
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