Algunas personas simplemente no pueden evitar decir lo que piensan y este nivel de honestidad viene con sus propios beneficios y peligros. A través de su honestidad, estos valientes individuos obtendrán una perspectiva única de la vida, las relaciones y la sociedad en general.
La sinceridad sin filtros que encarnan estas personas significa que entienden cosas con las que otros pueden tener dificultades. Ven a través de una lente que tiene la habilidad de revelar ciertas verdades y estas a menudo vienen con un nivel de incomodidad asociado.
Estas son solo algunas de las muchas cosas que solo aquellos que siempre dan una respuesta honesta realmente entenderán sobre la vida.
1. La honestidad se aprecia, pero no siempre de inmediato
La gran mayoría de las personas aprecian la honestidad al interactuar con los demás; simplemente no siempre lo muestran de inmediato. Saben que una respuesta verdaderamente honesta es aquella que normalmente contiene algo de verdad, que definitivamente no es maliciosa y que está destinada a permitir el crecimiento.
La persona honesta entiende que lo que dice puede no obtener las respuestas más cálidas al principio, y puede ser emocionalmente doloroso escucharlo. También saben que una vez que la conmoción y el malestar inicial hayan pasado, es probable que la otra persona les agradezca por no endulzarlo.
2. Algunas personas tienen miedo de la honestidad
No todos son tan acogedores con la honestidad; hay quienes evitarán activamente a las personas que no se refrenan con sus opiniones. Hacen esto para proteger sus egos de las palabras que derriban las irrealidades que han construido en sus mentes.
Aquellos que son brutalmente honestos saben exactamente quiénes son estas personas. Pueden detectarlos desde la distancia, pero esto no les impide decir lo que piensan si surge la necesidad.
3. La honestidad es refrescante
Para muchas personas, la exposición a los sentimientos honestos y sinceros de alguien es una sorpresa refrescante. Con demasiada frecuencia nos abstenemos de decir lo que piensa la mente, por lo que conocer a una persona completamente honesta es como una bocanada de aire fresco. Incluso puede ser contagioso y conducir a una mayor honestidad de otras personas también.
4. La sociedad valora la honestidad
En términos generales, todos queremos que la honestidad y la integridad prevalezcan en toda la sociedad; queremos que nuestros políticos, nuestras empresas y nuestras comunidades sean abiertas y transparentes. No nos gustan las agendas ocultas, la información engañosa y el fraude.
Una persona honesta comprende esto mejor que la mayoría y siempre se esforzará por fomentar una mayor honestidad a través de sus propias acciones y activismo.
5. La honestidad genera confianza
Tal vez, como era de esperar, la honestidad genera confianza entre las personas, los grupos y las organizaciones. Cuando sabes que alguien no intenta ocultar sus verdaderos sentimientos y motivos, no tienes miedo de tales cosas.
Las personas honestas saben esto y les da habilidades muy efectivas para construir relaciones.
6. La honestidad puede doler
Como ya hemos mencionado, la honestidad puede ser difícil de escuchar a veces. En términos generales, cuando la opinión honesta de alguien entra en conflicto con la tuya, te causará cierto nivel de dolor o angustia.
Esa es la razón por la que esos habladores libres todavía eligen sus palabras con cuidado para mantener su verdadera perspectiva de las cosas, mientras intentan minimizar el impacto en la otra persona.
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7. Puedes llevar la honestidad demasiado lejos
Si bien ser completamente abierto y honesto con alguien es un rasgo mayormente deseable, llega un punto en el que la honestidad se convierte en algo más.
La honestidad es, después de todo, solo dar tus propias opiniones, y las opiniones pueden contener despecho e insensibilidad. Decirle a alguien que tiene un sobrepeso considerable puede ser un fiel reflejo de la verdad, pero es un ejemplo de una situación en la que realmente no se requiere honestidad. Tal persona será muy consciente de su problema de peso y no necesita que se le informe al respecto.
8. La honestidad a menudo significa amabilidad sobre amabilidad
En la otra cara del punto anterior están aquellas ocasiones en las que algo que va a ser difícil de escuchar sigue siendo lo correcto para decir. Cuando realmente es lo mejor para la otra persona y cuando, de lo contrario, podría estar ciega a su realidad, es más amable ser abierto con ella que negarse a ayudar y ser amable en su lugar.
9. Hay un buen y un mal momento para la honestidad
Como acabamos de discutir, tanto como la honestidad puede doler, también puede ser amable. Para maximizar la amabilidad y minimizar el dolor, es importante considerar cuándo es el momento adecuado para la honestidad.
Cuando un amigo acaba de romper con su pareja, por ejemplo, es posible que desees decirle cuánto mejor podría hacerlo o cómo era un desastre esperando que sucediera, pero ciertamente no es el momento adecuado para la honestidad.
Ya están demasiado llenos de dolor y no sería prudente añadir algo más solo para satisfacer tu necesidad de decirles las cosas con claridad. Espera un poco y luego agradecerán tus palabras.
Por supuesto, para aquellos que tienen un enfoque honesto de la vida, esto es algo que conocen de forma inherente.
10. Los secretos casi siempre encuentran la salida
Un número asombroso de personas piensa que guardar secretos es lo que se hace, mientras que una persona honesta sabe que casi todos los secretos, tanto grandes como pequeños, eventualmente se desentrañarán.
El problema con los secretos es que tienes que ser deshonesto repetidamente con tus palabras y es increíblemente difícil mantener este acto indefinidamente. Tarde o temprano te equivocarás.
Las personas honestas saben que este es el caso y, por lo tanto, ni siquiera intentan encubrir las cosas con mentiras y engaños.
Como dijo Mark Twain: “si dices la verdad, no tienes que recordar nada”.
11. Ser honesto contigo mismo es lo más importante de todo
Quizás lo que la gente honesta entiende mejor que cualquier otra cosa es que ser honesto por dentro es tan importante, si no más importante, que ser honesto por fuera.
Saben que engañarse a sí mismo solo le impedirá vivir una vida pacífica y satisfecha. No tratan de convencerse de nada que no sientan en su corazón. En cambio, viven abiertamente, aunque no siempre cómodamente, entre sus sentimientos y pensamientos.
Eres una persona honesta? ¿Cómo afecta tu vida? ¿A veces te mete en problemas? Comparta sus experiencias dejando un comentario a continuación.