12 rasgos de personalidad comunes de las personas que aman viajar

Viajar no es solo un pasatiempo para algunos, sino una forma de vida. Es una sed insaciable de aventura, descubrimiento y crecimiento personal lo que empuja a las personas a hacer las maletas y explorar el mundo.

Y aunque el viaje de cada viajero es único, hay algunos rasgos comunes que parecen unir a estos amantes de los viajes en su esencia.

En este artículo, analizaremos más de cerca los 10 rasgos de personalidad comunes que definen a aquellos a los que realmente les pica el gusanillo de viajar.

Desde su insaciable curiosidad hasta su mayor conciencia cultural, estos rasgos hacen de los entusiastas de los viajes un grupo ecléctico y fascinante.

A medida que siga leyendo, descubrirá qué diferencia a estas personas y cómo su amor por los viajes da forma a sus personalidades y enriquece sus vidas, un viaje a la vez.

1) Son curiosos y están dispuestos a aprender

Cuando vamos a lugares nuevos y conocemos gente nueva, eventualmente nos encontramos aprendiendo cosas nuevas, ya sea que elijamos conscientemente saber sobre ellas o no.

Cuanto más viaja una persona, más curiosa se vuelve sobre todo.

Se vuelven más ansiosos por satisfacer su curiosidad y aprender cosas nuevas, desde algo tan simple como las normas y costumbres hasta algo más útil como una nueva habilidad para aprender.

Incluso el acto de planificar un viaje entusiasma a las personas que aman viajar.

Pero también les gusta ser espontáneos: encontrar desafíos como parte de su viaje más que un problema potencial.

Cuando las personas viajan, una parte de cada lugar al que fueron se queda con ellas, por lo que tienden a aprovechar al máximo cada viaje.

2) Tienen un mayor sentido de conciencia cultural

A la mayoría de los viajeros les encanta ir a nuevos lugares para comprender los eventos y las costumbres que tienen lugar allí o para saber qué es diferente acerca de las personas allí.

Les apasiona adquirir nuevos conocimientos sobre las creencias, costumbres y formas de vida de otras culturas.

Viajar permite a las personas ver y experimentar nuevas culturas de primera mano.

A medida que encuentran cosas nuevas, también desarrollan un mayor sentido de conciencia cultural y una apreciación más profunda de otras culturas.

Para los viajeros incansables, participar de las diferentes costumbres culturales de un lugar es una gran manera de conocer el lugar y su gente, así como crear grandes recuerdos allí.

3) Tienen mayor autoestima y autoconciencia

Las personas a las que les encanta viajar se encuentran constantemente en situaciones que las sacan de su zona de confort: hablan con lugareños al azar, se mezclan con personas en albergues y crean planes de viaje sobre la marcha.

A medida que superan muchos desafíos que conlleva viajar, adquieren más confianza en sus habilidades para superar los diferentes obstáculos que se les presentan, lo que en última instancia ayuda a desarrollar su autoestima.

Viajar también mejora la autoconciencia de una persona al permitirle experimentar una amplia gama de situaciones diferentes.

Cuando reflexionan sobre las experiencias de viaje que han tenido y que están relacionadas con personas y otras culturas, también conocen mejor su personalidad y carácter.

Al estar expuestos a un espectro diverso de experiencias, los viajeros conocen las cosas que realmente les gustan y disfrutan.

4) Son más empáticos y observadores

Los viajeros están expuestos a diferentes tipos de personas y sus circunstancias, por lo que eventualmente desarrollan un fuerte sentido de empatía.

Comparten historias tanto con los lugareños como con otros turistas, lo que les permite aceptar y apreciar las diferencias entre las personas.

Viajar permite a las personas ver el mundo, pero también nos muestra una perspectiva diferente de las cosas a través de los ojos de otra persona.

Con la empatía también viene ser observador; después de todo, debes observar de cerca a alguien o algo para sentir empatía hacia ellos.

Hay tanto que ver y experimentar a medida que los viajeros se desplazan de un lugar a otro que se acostumbran a recibir mucha información.

Experimentan una sobrecarga sensorial de vistas, lugares y personas, por lo que se entrenan para desconectarse de cierta información y observar más de las cosas que les importan.

5) Anhelan aventuras y aceptan cambios

Viajar a menudo implica aventurarse en lo desconocido, como ir a nuevos lugares, conocer gente nueva y probar nuevas actividades.

Como viajero, es importante llevar tu espíritu aventurero contigo para aprovechar al máximo cada viaje.

Ser aventurero es una parte innata de los viajeros: cuanto más viajan, más satisfecho se siente su espíritu.

Los cambios también son constantes cuando las personas viajan, por lo que los viajeros deben saber cómo aceptarlos a medida que se presentan.

A menudo están rodeados de gente nueva y lugares nuevos que esperan ser explorados.

Incluso cuando los viajeros conocen gente nueva en uno de sus destinos, saben que su encuentro es solo fugaz. Para los viajeros, el cambio es una forma de vida que tienen que aceptar.

6) Son altamente adaptables y flexibles

Viajar no siempre se trata de hermosas playas y habitaciones de hotel de cinco estrellas.

La mayoría de las veces, se trata de alojarse en albergues locales o dormir en una tienda de campaña en la naturaleza.

Esta actividad es agradable y desafiante porque se requiere que las personas sean flexibles y adaptables a cualquier situación.

Despertarse en un nuevo lugar o país significa comer diferente o hablar un idioma diferente.

También requiere que los viajeros se adapten a las nuevas leyes y costumbres para respetar el país y sus habitantes.

Los cambios son constantes a la hora de viajar por lo que las personas deben saber abrazar y adaptarse a sus circunstancias.

7) Son creativos e imaginativos

Los viajeros tienden a ser grandes narradores de los nuevos lugares y culturas que encuentran.

Viajar inspira creatividad, por lo que aquellos que lo hacen a menudo tienen una gran imaginación que traducen en increíbles obras de arte.

Ven la belleza del mundo de primera mano y la expresan a través de la escritura, la pintura, la fotografía y otras formas de arte.

Una de mis amigas sintió que sus escritos eran repetitivos, por lo que pasó un año tratando de conocerse a sí misma y experimentando cosas nuevas que pueden despertar su impulso de escribir historias únicas nuevamente.

Obviamente, tomó la decisión correcta porque la empujó a escribir historias inspiradoras basadas en lo que experimentó durante su viaje de un año visitando nuevos lugares.

8) Tienen buena intuición en la mayoría de las situaciones

Cuantas más personas viajan, más experiencias inusuales encuentran.

Las hojas de ruta no siempre existen y los itinerarios no siempre salen según lo planeado, por lo que depende de los viajeros confiar en sus instintos y salir ilesos de la situación en la que se encuentran.

A medida que viaja y enfrenta circunstancias más desconocidas, también aprende a confiar en usted mismo para tomar las mejores decisiones dada la situación.

La intuición te aleja de personas y situaciones peligrosas, pero también te empuja hacia oportunidades y situaciones que te benefician.

Si sus instintos le dicen que estará bien probar algo nuevo cuando viaje, entonces confíe en lo que dice, incluso puede llevarlo al mejor viaje de su vida.

9) Son Asertivos Pero No Agresivos

Independientemente de si eres introvertido o extrovertido, la asertividad es un rasgo que todo viajero debe poseer.

Hay momentos en los que te encuentras con problemas cuando viajas; incluso puedes encontrarte en medio de la multitud pidiendo ayuda o en una acera pidiendo autostop.

A medida que viaja por el mundo, es normal dejar de lado sus dudas, hablar y preguntar lo que necesita o desea.

Pero recuerda que hay una delgada línea entre ser asertivo y agresivo.

La asertividad se trata de defenderse a sí mismo, mientras que la agresividad puede implicar amenazar y atacar a otros.

El primero puede abrirte oportunidades mientras viajas, mientras que el otro solo puede traerte problemas en lugares desconocidos.

Recuerde siempre ser respetuoso al pedir ayuda y ser asertivo durante sus viajes.

10) Son seguros pero humildes

Viajar y emprender nuevas aventuras requiere cierto grado de coraje y confianza porque significa salir de tu zona de confort.

Las personas que aman viajar suelen tener confianza y audacia porque saben que cada destino es una nueva oportunidad para aprender cosas nuevas y adquirir nuevas experiencias.

Si bien algunas personas piensan que llegar a nuevos lugares solo hace que los viajeros se enorgullezcan de sus experiencias, en realidad es todo lo contrario.

Los viajeros apasionados pierden su “ego viajero” a medida que visitan más lugares porque no comparten sus experiencias simplemente para presumir.

Comparten su amor por viajar con los demás porque quieren motivar a las personas a salir más y ver el mundo más allá de sus ventanas.

11) Son independientes y se sienten cómodos en su propia compañía

A veces, viajar nos hace darnos cuenta de que solo somos nosotros lidiando con el gran mundo.

Somos responsables de cada decisión que tomamos y de cada paso que damos, incluso adónde vamos y qué hacemos allí.

A medida que viajamos solos a lugares desconocidos, aprendemos a enfrentar los desafíos que se nos presentan.

También nos enseña a estar cómodos en nuestra piel y divertirnos incluso solos.

Como persona sociable, solía preferir viajar en grupo y explorar nuevos lugares con mis amigos.

Pero a medida que nos volvimos más ocupados a lo largo de los años, planificar grandes viajes se volvió aún más difícil debido a nuestros horarios.

Si bien la falta de compañía me impidió viajar al principio, eventualmente aprendí a explorar nuevos lugares incluso solo, y estar solo nunca hizo que mis viajes fueran menos placenteros.

12) Aprecian más las pequeñas cosas

Viajar también le enseña a la gente que no puedes preocuparte por las cosas pequeñas: algunas de las cosas más importantes se encuentran en los artefactos más pequeños.

Los viajeros tienden a encontrar belleza en las cosas que antes daban por sentadas.

A medida que experimentan cosas nuevas, se vuelven más agradecidos por cosas simples como la comida en sus platos, los zapatos para caminar que usan y, lo que es más importante, los amigos y familiares que tienen en casa.

Las personas a menudo están tan ocupadas en su vida cotidiana que se olvidan de reducir la velocidad y apreciar las cosas mundanas de la vida.

Cuando viajan, las personas reflexionan sobre estas pequeñas cosas y la importancia que tienen.

No es algo que mucha gente note, pero viajar realmente nos enseña cuánto cuentan las pequeñas cosas.

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