7 hábitos de las personas que se mantienen felices, incluso cuando la vida se pone difícil

Nadie es inmune a la vida. Todos podemos quedar anonadados por las cosas que suceden. Pero cuando las cosas salen mal, algunas personas parecen manejarlo mucho mejor que otras.

Entonces, ¿cuál es su secreto? ¿El secreto para aferrarse a la felicidad, incluso cuando la vida se pone difícil?

Se trata de cultivar ciertos hábitos que nos ayudarán a mantener nuestra tranquilidad, incluso en los momentos más difíciles.

1) Aceptan sus emociones negativas

Dejemos una cosa clara:

Mantenerse optimista frente a la adversidad no se trata solo de «vibras positivas». Eso es imposible. Cuando sucede una mierda, seguramente dolerá.

Se convierte en una positividad tóxica cuando tratamos de ignorar las emociones humanas perfectamente normales.

Nos guste o no, la vida es una mezcla de altibajos.

Todos experimentaremos tristeza, dolor, ira y una amplia gama de sentimientos incómodos y desagradables.

Pasar por alto las bajas es solo negación. Es más saludable reconocerlos en lugar de alejarlos.

Eso puede significar que procesamos nuestros sentimientos a través de:

  • Hablar con un amigo o un ser querido al respecto
  • Llevar un diario de nuestros pensamientos y sentimientos.
  • Tener un llanto – es lanzamientos endorfinas que te hacen sentir mejor
  • Liberar la energía acumulada golpeando una almohada, haciendo ejercicio o incluso gritando

Pero reconocer tus sentimientos tampoco significa que debamos revolcarnos en ellos.

Las personas que logran mantener su positividad se permiten sentir y expresar sus emociones, sin quedarse estancadas en ellas.

Ciertamente ayuda si puede encontrar una salida constructiva para ayudarlo a hacer eso, como veremos a continuación.

2) Se apoyan en hábitos positivos en lugar de recurrir a los destructivos

Cuando la lucha aparece en nuestras vidas, es cuando realmente necesitamos cuidarnos.

Puede ser tentador esconderse en distracciones que, en última instancia, no nos hacen ningún bien.

Por ejemplo, es posible que queramos quedarnos en la cama todo el día o adormecer el dolor con alcohol, alimentos u otras sustancias.

Pero durante los peores momentos es cuando necesitamos apoyarnos en buenos hábitos básicos que puedan apoyar el cuerpo y la mente.

Puede que no parezca mucho, pero cosas como…

  • Conseguir una buena noche de sueño
  • Tratando de comer una dieta saludable
  • Meditación y prácticas conscientes
  • Salir a caminar o adentrarse en la naturaleza.
  • Apoyándose en la rutina

…estos pueden tener un efecto estabilizador y calmar su sistema nervioso cuando más lo necesita.

Cuando estoy lidiando con algo difícil y eligiendo qué hacer, trato de preguntarme:

  • ¿Ayudará esto a curarme o me hará daño a largo plazo?

Tomar medidas positivas te ayudará a sentirte más en control.

3) Toman el control para recuperar su poder

Es fácil sentirse a merced de la vida. Los eventos aleatorios aparentemente conspiran para lanzarte una bola curva.

O las acciones de otra persona pueden cambiar tu vida rápidamente, sin que tú tengas nada que decir.

Pero las personas felices se sienten en el asiento del conductor de sus propias vidas. Para que no caigan en modo víctima cuando algo sale mal.

El proceso comienza con la aceptación de lo que ya es.

La aceptación no se trata de hacerse amigo de los tiempos difíciles. Pero se trata de negarse a crear más sufrimiento para usted al resistir lo que no puede cambiar.

En lugar de desperdiciar energía y sentirse miserable al reproducir el pasado una y otra vez en su cabeza, se enfoca en el presente y en dónde se encuentra ahora.

Pasar a la acción tiene una forma de reducir nuestra ansiedad y estrés. Sentimos que estamos siendo proactivos y eso tiene un efecto calmante.

Nos da algo positivo en lo que enfocarnos.

Se trata de preguntar:

  • ¿Qué acción puedo tomar para mejorar mi situación?

Siempre hay algo que se puede hacer. Incluso si eso es trabajar con tus propias emociones y cuestionamientos:

  • ¿Qué puedo hacer ahora para sentirme mejor?

4) Recuerdan mirar el lado positivo y saborear las cosas pequeñas

Admito que cuando te dicen que mires el lado positivo cuando los tiempos son difíciles puede ser realmente molesto.

Pero la realidad es que la mentalidad hace la mayor diferencia en cómo te sientes. Mucho más que circunstancias.

Puedes ser un millonario miserable o un pobre feliz. Porque en muchos sentidos, todo nuestro mundo comienza y termina dentro de nuestras propias mentes.

El marco desde el cual vemos y evaluamos todo es, en última instancia, interno.

Cuando recordamos esto, vemos que depende de nosotros. Extrañamente, pase lo que pase, la felicidad se convierte en una elección.

Eso no quiere decir que sea fácil. Decirse a sí mismo «sé feliz» es claramente una simplificación excesiva. Pero con un trabajo constante, puede entrenarse a sí mismo (y a su cerebro) para adoptar un enfoque más positivo.

Cuando sentimos que todo está mal, vale la pena buscar lo que está bien.

La gratitud puede hacer maravillas por esta razón.

Enseña a nuestra mente a centrarse en el bien. Ha sido probado a aumentar la autoestima, aumentar su inmunidad, disminuir la depresión e incluso ayudar a controlar el dolor crónico.

Comenzar una práctica de gratitud es como darse una inyección de emociones positivas y nos ayuda a sacudirnos los sentimientos negativos.

Intenta concentrarte en el más pequeño de los placeres:

  • La sensación de la luz del sol en tu piel.
  • El sabor de tu comida mientras comes
  • El sonido del canto de los pájaros en los árboles.

Por cursi que parezca, la vida ofrece muchas bendiciones que a menudo pasamos por alto.

5) Cuidan su diálogo interno

Cuando un amigo está pasando por un momento difícil, la mayoría de nosotros lo colmamos de palabras amables y de aliento.

Pero tenemos que adquirir el hábito de hacer lo mismo con nosotros mismos.

La mayoría de nosotros vivimos con un flujo constante de comentarios en nuestras mentes. Si ese comentario es negativo, te deprimirá.

Cuando notamos que caemos en un diálogo interno negativo, podemos optar por cambiar de canal.

Las personas felices se sintonizan con algo más motivador. Dite cosas amorosas y optimistas.

Puede sentirse forzado al principio. Pero con el tiempo, esto se convierte en un hábito, ya que estamos literalmente recableando nuestro sesos.

En esencia: «Las neuronas que disparan juntas, se conectan juntas».

Tu cerebro puede quedar atrapado en circuitos negativos y buscar narrativas negativas sin ser consciente de ello.

Pero si repetidamente te dices a ti mismo pensamientos que te hacen sentir mejor, tu cerebro finalmente recibe el mensaje.

6) Construyen su resiliencia para asegurarse de que se recuperarán

Piensa en tu primer corazón roto. Lo más probable es que haya picado como ningún otro desde entonces.

Dicen que el primer corte es el más profundo, y por una buena razón.

El dolor apesta. No hay forma de evitarlo. Pero también nos hace más fuertes. Nos endurece.

Vivimos y aprendemos. Y en el proceso, nos volvemos más sabios. ¿No es ese el objetivo de la vida?

Sé que todos queremos experiencias positivas y esponjosas todo el tiempo. ¿Quién no lo haría?

Pero si somos súper honestos, sospecho que nos damos cuenta de que a menudo son las lecciones difíciles las que dejan el mayor impacto.

Durante los malos tiempos podemos hacernos algunas preguntas conmovedoras:

  • ¿Qué he aprendido?
  • En todo caso, ¿qué haría diferente en el futuro?
  • ¿Qué bien podría salir finalmente de esto?

La verdad es que hay mucho potencial de crecimiento y progreso en tiempos difíciles.

Las personas más resistentes en la vida no tienen naturalmente una piel más gruesa. Se han ganado su armadura a través de muchas batallas reñidas.

En palabras del proverbio japonés “Nana korobi, ya oki’:

«Caer siete veces, levantarse ocho.»

Las personas felices nunca pierden la esperanza, y eso les da la fuerza para volver a levantarse.

7) Se recuerdan a sí mismos que esto también pasará

La vida está en constante cambio. Absolutamente nada es permanente.

A veces parece que todo apesta. No importa cuánto lo intentes, es difícil mantener una actitud positiva.

Y la verdad es que no siempre es necesario. Solo tenemos que aguantarlo.

Porque así es la vida, nada dura para siempre.

Darse cuenta de eso puede ser decepcionante cuando se trata de aferrarse a las cosas que amamos. Pero nos puede dar consuelo cuando estamos en momentos de angustia.

Decirse a sí mismo que “esto también pasará” es la luz segura al final del túnel que todavía no puede ver.

Es un hecho irrefutable que nada en la vida dura para siempre, y eso también se aplica a tus problemas.

Deja un comentario