Cómo usar la escucha empática para cultivar excelentes relaciones personales

Las mejores relaciones se construyen sobre la base de una comunicación sólida. La verdadera comunicación incluye la capacidad de escuchar con empatía unos a otros. Como seres humanos emocionales, todos necesitamos empatía. Es un tipo de amor, respeto y comprensión que tiene la capacidad de cultivar relaciones personales asombrosas. La escucha empática hace que las conversaciones sean significativas, inspiradoras y satisfactorias. Los mejores líderes del mundo son oyentes empáticos que saben que es más importante escuchar que hablar.

Desafortunadamente, la mayoría de las personas tienden a hablar mucho más de lo que escuchan. Al concentrarse en lo que otros dicen, sienten y hacen, no solo se presenta de manera más efectiva, sino que también aprende más. La escucha empática es una forma de escuchar y responder a los demás que mejora la comprensión y la confianza. Si desea construir mejores relaciones con su pareja, sus hijos, su jefe o cualquier otra persona, puede usar la escucha empática para cultivar la conexión.

Hay 4 claves para la escucha empática. Están:

1. Escuche en lugar de oír

Los oyentes empáticos no solo escuchan la conversación. Estan escuchando. Escuchar implica enfoque y esfuerzo concentrado. Escuchar significa prestar atención a la historia de la otra persona, al uso del lenguaje, la voz y el lenguaje corporal. Es consciente de los mensajes verbales y no verbales que se transmiten. Sin embargo, la escucha empática no es un proceso pasivo. Debe mantenerse comprometido y activo en la conversación.

Steve Covey tiene una cita famosa que dice «Busca primero entender, luego ser entendido», que es el objetivo final de escuchar. Debes pensar en el mensaje que se está transmitiendo desde la perspectiva del hablante, sin insertar tus propias opiniones y juicios.

La mayoría de las personas tienen la capacidad física de oír, pero no tantas tienen la conciencia para escuchar. Aquellos que lo hacen, construyen relaciones y vínculos más fuertes con los demás. Cuando realmente escuchas a otra persona, envías el mensaje de que la valoras y lo que dice y siente. Al escuchar con empatía en lugar de solo escuchar, alienta al orador a expresarse plenamente sin temor a las críticas, la intimidación o la interrupción. Generas confianza, que es una pieza esencial de todas las relaciones. Estás realmente interesado en lo que dicen y no los juzgas por decirlo.

2. Haz preguntas abiertas

Los oyentes empáticos conocen el poder de las preguntas abiertas en una relación. Las preguntas abiertas están diseñadas para alentar una respuesta significativa que proviene del corazón y el alma del destinatario. La respuesta es abierta. No está tratando de predecir o instruir una respuesta específica. Más bien, desea alentar una respuesta auténtica. Estas son preguntas de gran valor tanto para usted como para el orador. Crean una experiencia de aprendizaje para ambas partes porque evocan el pensamiento y la reflexión. Desarrollan la conversación fomentando la apertura. Si desea obtener más información sobre la persona con la que está hablando, incluidos sus sueños, deseos, necesidades y problemas, puede hacerlo mediante preguntas abiertas.

Al hacer preguntas abiertas, está expresando un deseo de comunicación profunda con el destinatario. Estás mostrando respeto y abriendo la puerta a la colaboración. Las preguntas abiertas permiten que la relación crezca porque son un puente para la comprensión y la comunicación efectiva. Puede usar preguntas abiertas con un ser querido para crear intimidad. Puede usarlos con un jefe para generar confianza y expresar interés en el crecimiento profesional. Las opciones son infinitas porque estas preguntas son una poderosa herramienta para cultivar las relaciones personales.

Ejemplo de pregunta cerrada: “¿te gusta él/ella?”– la respuesta es sí o no.

Ejemplo de una pregunta abierta: “¿Qué es lo que te gusta o no te gusta de él/ella?” – la respuesta requiere reflexión y es probable que sea profunda con oportunidades para escuchar, comprender y tal vez indagar con más preguntas.

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3. Reflexiona para comprender

Los oyentes empáticos siempre actúan como un espejo, reflejando lo que creen que el hablante está diciendo y sintiendo para verificar la comprensión. La escucha reflexiva es importante porque mantiene a ambas partes en la misma página. La reflexión le permite al orador verificar que usted escucha correctamente, y le permite al oyente determinar que el orador está completamente entendido. La escucha reflexiva ayuda al hablante a ser escuchado y lograr su propósito en la conversación.

A través de este tipo de escucha, incluso puede ayudar al hablante a decidir un curso de acción o explorar sus sentimientos a una nueva profundidad. Para utilizar este tipo de escucha, después de que el hablante haya hablado durante varios minutos y se haya detenido de forma natural, resuma lo que ha escuchado y solicite una verificación de que está en lo correcto. Por ejemplo, podrías decir “Entonces, si entendí correctamente, estás frustrado porque no has podido pasar tiempo a solas los fines de semana. ¿Estoy en lo correcto?»

La escucha reflexiva es importante para todas las relaciones. Le permite al orador saber que él o ella ha sido escuchado y apoyado, así como comprendido. La reflexión ayuda a proporcionar retroalimentación y permite que el hablante alcance niveles más profundos de expresión. Si desea construir relaciones saludables y establecer una buena relación, la escucha reflexiva es una forma definitiva de lograr precisamente eso.

4. Escucha sin dar consejos

Escuchar y dar consejos son dos estrategias fundamentalmente diferentes. Escuchar es animar a la otra persona a compartir su historia desde su perspectiva. Si quieres convertirte en un verdadero oyente empático y cultivar relaciones increíbles, debes aprender el arte de escuchar sin resolver. Si bien puede sentirse obligado a dar consejos o resolver el problema del hablante, este no es un método efectivo para comunicarse con empatía porque escuchar no se trata de cambiar a la otra persona.

El objetivo de escuchar es conectar con la persona y construir una relación basada en la confianza. Es un desafío escuchar a alguien y no ayudarlo a resolver el problema del que está hablando, pero al hacerlo, puede generar una gran cantidad de confianza. Por ejemplo, podrías escuchar un problema por completo y luego simplemente decir “Vaya, lamento mucho que hayas tenido que pasar por eso”. A menos que alguien le pida específicamente su consejo, es mejor no ofrecerlo. Y si elige dar un consejo, asegúrese de escuchar primero.

La escucha empática mejora la comprensión mutua y genera confianza. Es una habilidad esencial para aprender si desea cultivar y mantener excelentes relaciones con amigos, familiares, amantes, colegas y cualquier otra persona con la que se asocie.

La escucha empática no solo creará un entorno seguro en el que la persona que te importa pueda liberar sus emociones sin miedo, sino que también es fundamental para reducir la ansiedad y la tensión. Si hay alguien en su vida con quien desea construir una relación, trabaje en las habilidades descritas anteriormente para escuchar con empatía. Conviértete en la persona sobre la que pueda verter sus sueños, esperanzas y preocupaciones sin miedo. Una vez que domines esta habilidad, observa cómo tu relación florece en una conexión significativa y profunda, posible solo a través de la empatía.

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