Si alguien usa estas 10 frases, definitivamente tiene un problema de ego

¿Alguna vez has conocido a alguien que no puede dejar de hablar de lo genial que es?

Es una clara señal de un gran ego.

A veces, lo más revelador son las frases que utilizan.

Si dejan caer alguna de estas 10 líneas, probablemente estén presumiendo demasiado.

¡Profundicemos y veamos cuáles son esas frases!

1. «Eso ya lo sabía».

Éste es un clásico. Alguien comparte un dato divertido o una noticia, y antes de que nadie pueda reaccionar, el Sr. o la Sra. Ego interviene con un rápido «Eso ya lo sabía».

Claro, a veces pueden estar genuinamente informados, pero si esto se convierte en una respuesta habitual, se trata menos de estar informado y más de intentar parecer superiores.

Recuerde, está bien no saberlo todo y está igualmente bien aprender de los demás.

Pero para aquellos con un problema de ego, ¿admitir que no sabían algo? Eso no se puede hacer.

2. «Sin ofender, pero lo habría hecho mejor».

Ay, ¿verdad? Comienza con una pseudodisculpa, «Sin ofender», pero lo que sigue es todo menos cortés.

Esta frase es una forma descarada de ponerse en un pedestal.

No se trata sólo de expresar un enfoque diferente; se trata de asegurarse de que todos sepan que se creen superiores.

Para estas personas impulsadas por el ego, no basta con ser bueno: tienen que ser los mejores.

¿Y si pueden menospreciarte sutilmente (o no tan sutilmente) en el proceso? Aun mejor.

Tenga cuidado con este cumplido solapado; está lleno de arrogancia.

3. “No suelo alardear, pero…”

Ah, el clásico preludio de una sesión de fanfarronería total.

Al comenzar con “No suelo alardear”, la persona intenta disfrazar su alarde bajo una capa de falsa humildad.

Es como si estuvieran tratando de decir: «Mira, no soy el tipo de persona que presume, pero esta vez no puedo evitarlo».

¿La realidad? Quieren mucho que escuches sobre sus logros o activos.

Es una forma disimulada de hacer que la jactancia parezca no planificada y genuina, cuando en realidad es sólo otra forma en que el ego brilla.

Si realmente no quisieran alardear, simplemente no lo harían.

4. “No es gran cosa, pero…”

A primera vista, esta frase suena humilde, como si estuvieran restando importancia a sus logros.

Pero no se deje engañar. “No es gran cosa, pero…” suele ser un cebo para atraerte.

Al actuar como si lo que están a punto de compartir fuera trivial, en realidad te están incitando a asegurarles lo contrario.

Es un movimiento astuto: si respondes con elogios o asombro, habrá logrado su objetivo.

¿Y si no lo haces?

Bueno, en sus mentes ya te han dicho que no fue gran cosa. Es una situación beneficiosa para el ego, escondido detrás de una máscara de modestia.

5. “La gente suele decirme que soy el mejor en…”

A primera vista, podría parecer que simplemente están transmitiendo un cumplido de otra persona.

Sin embargo, aquí hay una maniobra astuta en juego. En lugar de alardear abiertamente de sus habilidades o talentos, utilizan a los demás como escudo para que se jacten por ellos.

Es como decir: “¡Oye, no dispares al mensajero! Sólo estoy transmitiendo lo que todos los demás ya piensan”.

Al formularlo de esta manera, pueden resaltar su excelencia sin asumir la responsabilidad directa de alardear.

Inteligente, pero una clara señal de alerta para el ego.

6. “Odio decir ‘te lo dije’, pero…”

Vayamos al grano: no odian decirlo. De hecho, se están deleitando con ello.

Esta frase es un doble golpe al ego.

No solo señalan que tenían razón todo el tiempo, sino que también resaltan el error o descuido de la otra persona.

Es una forma no tan sutil de decir: «Lo sabía mejor» y «Deberías haberme escuchado».

Si bien una pizca de gracia o comprensión sería apropiada, especialmente si alguien cometió un error honesto, el individuo impulsado por el ego no puede resistir la tentación de mantenerse firme a expensas de otra persona.

Puede que lo encubran con una apariencia de desgana, pero en el fondo, aman cada momento.

7. «¿Sabes quién soy?»

Esto no es sólo una frase de una película; algunas personas lo utilizan en situaciones de la vida real, con la esperanza de intimidar u obtener un trato preferencial.

El ego detrás de esta pregunta supone que su reputación debería precederlos dondequiera que vayan.

Dato interesante: Históricamente, las figuras notables a menudo tenían heraldos o mensajeros que anunciaban su llegada, por lo que nunca fue necesario preguntar: «¿Sabes quién soy?».

Sin embargo, en los tiempos modernos, esta frase tiene menos que ver con proclamaciones reales y más con un individuo que espera reconocimiento y admiración.

Cuando alguien se apoya así en su supuesta fama o importancia, es una señal clara de que su ego está dirigiendo el barco.

8. «La mayoría de la gente no puede seguirme el ritmo».

Ésta es una forma no tan sutil de situarse por encima de la multitud.

Al sugerir que operan en un nivel diferente (ya sea inteligencia, habilidad o cualquier otro atributo), están implicando que la mayoría de los demás simplemente no están en su longitud de onda.

Es un aislamiento autoimpuesto, en el que se ven a sí mismos como el lobo solitario o la estrella destacada en un mar de mediocridad.

Ya sea que hablen de trabajo, pasatiempos o incluso situaciones sociales, esta frase es una clara indicación de que se ven a sí mismos por encima del resto.

9. “No veo por qué a la gente le gusta [popular thing]. estoy más interesado [niche thing].”

Este grita querer ser diferente con el fin de destacar, incluso si eso significa menospreciar algo ampliamente apreciado.

La intención es doble: primero, posicionarse como si tuvieran un gusto más refinado o único que las «masas», y segundo, insinuar que son más profundos o más sofisticados.

Al hacer esto, no sólo expresan una preferencia; están haciendo una declaración sobre su superioridad percibida.

Se trata menos de un amor genuino por lo ‘nicho’ y más de querer ser visto aparte (y por encima) de la multitud.

10. “Realmente no debería estar haciendo esto, pero…”

Ahora bien, esto podría dejarte perplejo. Que alguien admita que no debería hacer algo suena humilde, ¿verdad?

Bueno, no del todo.

Sumérgete más profundamente y verás que es un astuto alarde disfrazado.

Básicamente están sugiriendo que están por encima de cualquier tarea o actividad en la que estén involucrados.

Al decir que “no deberían” hacerlo, dan a entender que tienen cosas más importantes, desafiantes o de élite a las que podrían dedicarse.

En lugar de simplemente participar en el momento o la actividad con los demás, crean una distinción, colocándose en un pedestal hecho por ellos mismos, aunque sea por un momento fugaz.

Es una forma furtiva de señalar su valor percibido, haciendo que lo mundano parezca un acto de sacrificio o humildad.

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